Se jugaba el Atleti abrir más distancia con sus perseguidores y lo logró. Simeone salió con todo, sin rotaciones. El equipo peleó, sin el brillo de otros días, pero con la tranquilidad de siempre. Godín abrió la lata en la primera mitad, Diego Costa falló un penalti y el equipo entró en una fase de apatía de la que solo salió cuando el delantero hispano brasileño marcó el segundo. Tras el tanto no llegó la alegría esperada sino el temor ya que el goleador se había dado un golpe tremendo contra el palo y abandonó el campo en camilla, con las manos en la cara. Al final, el Club confirmó que sólo tiene una herida profunda y la alegría, por fin, se desató. Una jornada más el Atlético de Madrid sigue líder.
Comenzó el partido espeso, plomizo como pocas veces antes. Y así siguió. El Getafe no sabía o no podía inquietar a Courtois y el Atleti no llegaba con claridad suficiente como para poner en peligro a Codina. Así, Villa en los primeros diez minutos llevó peligro a la meta rival, pero cruzó demasiado su disparo. O demasiado poco su centro. Sea como fuere, la sensación era que el Atlético de Madrid era el único con la intención de llevarse los tres puntos, pero le faltaba claridad en ataque. Sin Arda ni Diego, Koke y Filipe no tenían con quien asociarse en sus triangulaciones en la banda, por lo que el peligro rojiblanco únicamente llegaba con las carreras de Diego Costa o en jugadas a balón parado. Primero, Diego Costa se fabricó una ocasión tras sentar con un recorte a dos defensores, pero no acertó a rematar y el balón salió despejado. Después, Godín remató bien un centro lateral que Codina sacó con la pierna. Así, cuando parecía que se iba a llegar al descanso con empate a cero, Juanfran centró un balón al segundo palo donde estaba Godín que batió de un cabezazo a Codina, que se quedó a media salida. Sexto gol del central esta temporada, el tercero en Liga.
Tras el gol el Getafe trató de sacar de quicio a Villa, que vio una amarilla por empujar, pecho contra pecho, a su defensor, que, por cierto, fingió un golpe en la cara. Así, con el equipo local quejándose de algo inexistente y con el Atleti por encima en el marcador sin un gran esfuerzo se llegó al descanso.
En la segunda mitad, el cuadro azulón trató de ponerle algo más de intención al asunto y comenzó a rondar la portería de Courtois. El belga hizo el paradón de cada día y mantuvo a su equipo con ventaja mientras el resto de sus compañeros decidían si se concentraban o seguían distraídos. Poco a poco, con bastante tranquilidad, los jugadores rojiblancos, fueron bloqueando las acometidas rivales y quitándose de encima la presión. Fue entonces cuando el Cholo decidió que entrase Adrián en lugar de Villa, para tener más frescura a la contra. No fue a la contra sino de estrategia como llegó la posibilidad del segundo gol. Cuando Diego Costa y Miranda se disponían a rematar, Alexis, al primero, y Lafita, al segundo, hicieron penalti. El árbitro pitó el segundo de ellos porque obviarlo hubiera sido dantesco. Diego Costa, como siempre, se dispuso a lanzarlo para sentenciar el encuentro, pero lo falló. O mejor dicho lo paró Codina, que acto seguido bloqueó otro disparo de Raúl García. El Cholo, obsesivo de los detalles en pro de la eficiencia, sigue permitiendo a Costa, que ha fallado tres en Liga, hacerse cargo de los penaltis. Extraño.
Con un jugador menos, pero vivo en el marcador, el Getafe trató de igualar el partido, pero sin demasiado acierto. De hecho, su mayor peligro residía en la apatía colchonera cuyos jugadores no encontraban la manera de sentenciar el encuentro, hasta que, a pocos minutos para el final, un balón robado en ataque le cayó a Diego, que había entrado en lugar de Raúl García, que se la dejó a Adrián dentro del área y el asturiano, sin confianza en su disparo, la puso al segundo palo a la llegada de Diego Costa que se tiró como si le fuera la vida en ese gol. El balón entró sentenciando el encuentro, pero Diego Costa se quedó tirado en el suelo. Los gritos desgarradores del delantero, la herida sangrante en su rodilla y los gestos de Koke y Filipe hacían pensar en lo peor.
Con el hispano brasileño saliendo en camilla con las manos tapándose la cara, la afición colchonera lejos de celebrar la victoria, se quedó contrariada: podían haber perdido a su delantero estrella con la Liga y la Champions en juego. Así el partido se acabó sin más historia mientras que la hinchada rojiblanca buscaba noticias de su jugador. Al final se confirmó que Diego Costa sólo tiene un corte en su rodilla que no reviste de mayor gravedad. Cinco minutos después de haber logrado la victoria, los colchoneros explotaban de júbilo: una victoria más en su camino hacia el título y Diego Costa no sufre una lesión grave. A falta de cinco jornadas, el Atleti está a cuatro victorias de alzarse con el trofeo. El Cholo ha marcado el camino de aquí al final. El partido a partido ha dejado paso al final a final. La primera, el viernes en el Calderón, frente al Elche.