El Atleti deja viva la Liga

Cuesta escribir que el Atleti desperdició una oportunidad inmejorable de ganar la Liga. Ante su público, los del Cholo no lograron vencer al Málaga y ahora deberán puntuar en el Camp Nou para ser campeones. Sino habrán nadado para morir en la orilla, un varapalo que no se merecen.

Salieron bien los jugadores rojiblancos que durante unos minutos sobrepasaron al Málaga en todas las facetas. Tuvieron un par de ocasiones, una muy clara de Villa que ha perdido todo el olfato de gol que una vez tuvo, pero no acertaron a marcar y el Málaga se sacudió la presión. Entonces el Atleti, nervioso, ansioso y por ello precipitado vivió sus peores momentos en la primera parte. El Málaga cómodo en defensa, se dedicaba a perder tiempo en cada lance. Otro síntoma del temor que despierta en Atlético de Madrid en sus rivales. Con el paso de los minutos los rojiblancos se rehicieron y lograron recuperar el dominio, pero con escasa mordiente.

Tras el descanso se volvió a ver al equipo precipitado y sin ideas. Sin el faro de Diego Costa en ataque, Raúl García y Villa aportaban trabajo, pero no soluciones. Movió el banquillo el Cholo dando entrada a Adrián en lugar de Koke, pero se encontró con un gol en contra. Si unos minutos antes Courtois había salvado la única oportunidad del Málaga en una mano a mano, el belga se precipitó en su salida a ninguna parte haciendo mas grave el error de su compatriota Alderweireld. Ante dos regalos de tal calibre, Samuel, atacante del Málaga, no pudo hacer otra cosa que marcar.

El gol fue un jarro de agua fría al que los colchoneros tardaron en responder. Sólo lo hizo desde el banquillo. Simeone dio entrada a Sosa y a Diego que fueron los mejores del partido. El primero puso la calidad a balón parado, el segundo la tranquilidad que necesitaba el equipo con la pelota. Con ambos sobre el césped, las ocasiones empezaron a aparecer. Un disparo del brasileño, una jugada ensayada que  Willy Caballero sacó a Villa y otro par de acciones menos claras que desesperaron a la hinchada colchonera. Hasta que Alderweireld conectó con la cabeza un saque de esquina perfectamente lanzado por Sosa. El belga se resarció de su error en el gol malaguista.

Tras el tanto el Atleti se vino arriba. A pesar de jugar en campo rival, la sensación es que el Málaga estaba cómodo y aún podía generar peligro a la contra. Aún así, sabedores de que el empate en Elche les daba la posibilidad de ser campeones, los colchoneros asumieron riesgos y se fueron a por el tanto de la victoria. Sosa lanzó una falta maravillosamente, pero su disparo no encontró portería cuando Caballero ya estaba batido. Después, en la última clara del partido, Adrián, que deja sensaciones muy positivas, regateó en el área y disparó a la escuadra. Parecía gol, pero Caballero sacó la mano y la afición colchonera ahogó el grito de gol. Al final, también se quedó con las ganas de festejar el campeonato, pero aún hay vida. Más complicada, en el Camp Nou, pero no queda otra. En una semana, dolor o victoria.

Una victoria más cerca de la Liga

Cada vez queda menos y cada vez es más difícil. Se volvió a sufrir, pero se ganó. El Atlético de Madrid venció a un buen Valencia que plantó cara a los colchoneros. El gol de Raúl García les deja a dos victorias del título.

El partido empezó evidenciando que el Valencia no se iba a dejar ganar, algo que sin duda debe de servir de recordatorio para los que piensan que puede haber lugar a concesiones en las jornadas que restan. Nada de eso. Prácticamente solo jugándose la honrilla (como dirían en mi pueblo), el conjunto valencianista tuvo al Atleti desubicado durante una gran parte del primer encuentro. Sustentado en su defensa, los de Simeone fueron zafándose de la presión rival y así, mediada la primera mitad ya se jugaba más en posiciones defensivas chés. Aunque las jugadas de peligro brillaban por su ausencia. Tan sólo Villa que se sacó un derechazo que no encontró la escuadra de la portería defendida por Guaita por centímetros, Filipe que no acertó a rematar bien un rechace y Koke que remató mal un centro de Diego Costa fueron las únicas ocasiones clara del Atleti. Hasta el gol. Gabi recibió un balón en la banda a la altura del centro del campo y vió la internada de Raúl García que sólo tuvo que saltar y poner la cabeza para batir a Guaita que salió en falso. Centro de oro, cabeza de plata. O al revés.

Con ventaja en el marcador se fue al descanso. Tras él el Atlético de Madrid se sintió cómodo buscando la  espalda a la defensa rival con varias contras. En una de ellas Costa se plantó sólo ante el portero rival, pero no acertó a batirle. Dudó si ceder a Villa o chutar y al final las dudas pudieron con él y disparó al cuerpo del meta. Así, con el partido abierto, el Atleti se vio obligado a dar un paso atrás ante el ímpetu valencianista y poco a poco el peligro se fue cerniendo sobre Courtois. La sobriedad de la defensa rojiblanca sólo concedió una oportunidad clara a Feghouli que a punto estuvo de encontrar portería. La suerte del campeón, quizá. Los cambios efectuados por Simeone no lograron poner la pausa al partido que los colchoneros necesitaban. Así, cuando ya se veía el final del encuentro una contra valencinista tuvo que ser cortada por Juanfran en falta. Roja directa. Simeone metió rápidamente a Alderweireld quitando a Sosa que había entrado hacía unos minutos, pero su participación no fue necesaria. Ya en el descuento, el partido murió sin más sobresaltos para los colchoneros.

Faltan tres jornadas y el Atleti necesita dos victorias para cantar el alirón. Tiene que seguir trabajando. Antes la vuelta de Champions frente al Chelsea.

 

Otro sufrimiento menos, una alegría más

Era un día atípico para ir al fútbol, había riesgo de que el equipo se descentrase y de que el rival diese un disgusto a la hinchada rojiblanca que acudió en masa al Calderón. No fue así, pero se sufrió. Un sufrimiento que ya es inherente a este equipo que acostumbra a ganar a sus rivales con mucho esfuerzo.  Contra el Elche el Atlético de Madrid sufrió durante más de una hora, se llevó algún susto que no fue a más gracias a Courtois y finalmente terminó ganando el partido. Cada vez queda menos.

Introdujo Simeone alguna variante en el equipo, situando a Adrián a la derecha y a Mario Suárez en el doble pivote y no le salió mal, ambos jugadores cumplieron. Aunque lo cierto es que en la primera mitad el equipo estuvo plano en ataque y extrañamente vulnerable en defensa. Hasta tres ocasiones tuvo el Elche de adelantarse en el marcador en la primera mitad. Solo Courtois, un auténtico muro, logró taponar las ofensivas ilicitanas. El conjunto entrenado por Fran Escribá no concedía ocasiones de gol a los colchoneros, mientras que sus contras hacían correr demasiado a los defensores rojiblancos.

Tras el descanso el panorama era el mismo, por lo que el Cholo se vio obligado a hacer los tres cambios antes del minuto setenta, algo inusual en él. Los cambios dieron resultado. El primero en incorporarse fue Raúl García, al que un defensor rival le hizo penalti. La pena máxima, ofrece ciertas dudas, pero no dejará de ser una anécdota ya que Villa lo falló.  Ese error aumentó el ritmo cardíaco de la hinchada rojiblanca que empezaba a temer por el resultado. Aunque la entrada de Diego y Sosa dieron otra cara al equipo, el gol no terminaba de llegar.

Hasta que apareció la estrategia. Ese baluarte del Cholismo que tantos partidos ha desatascado. Sosa puso perfectamente un saque de esquina que Miranda remató con la misma fe que el diecisiete de mayo de 2013. El tanto tranquilizó a la grada y al equipo, pero espoleó al Elche que quería sacar algo de su visita al Calderón. Esa ambición le llevó a asumir más riesgos de los que podía y tras varias contras fallidas, Diego Costa pilló un balón y cuando se plantaba sólo ante el portero rival un defensor le hizo penalti. Como en Getafe, la sentencia podía llegar desde los once metros o podría condenar al equipo a seguir trabajando hasta el último minuto. Costa, que no entiende de fantasmas, gafes ni maleficios, cogió le balón desoyendo al Cholo que se lo había encargado a Raúl García. Esta vez, el hispanobrasileño no falló y sentenció el encuentro anotando su vigésimo séptimo gol liguero.

Con más sufrimiento del deseado, el Atlético de Madrid logra la primera de las cuatro victorias que necesita para ser campeón de Liga. Quedan tres, pero antes los de Simeone reciben al Chelsea en la ida de las semifinales de Champions. Casi nada.