Se rozó la Champions

Llegaba el Atleti a la segunda final de Copa de Europa de su historia con la posibilidad de vengar a aquellos que tocaron la gloria en 1974, pero el destino, caprichoso, quiso que los rojiblancos volvieran a hincar la rodilla a pocos minutos del final. Otro subcampeonato para el Atlético de Madrid que se vuelve a quedar a escasos minutos de la gloria.

Comenzó el partido mal para los intereses rojiblancos. Diego Costa, la apuesta arriesgada del Cholo, se resintió de su lesión y a los nueve minutos tuvo que ser sustituido por Adrián. Un error de cálculo que a la postre sería determinante. El contratiempo, eso sí, no inmutó a los colchoneros que siguieron con su plan, defensa aguerrida y salida a la contra. El problema era que, aunque el Madrid no generaba mucho peligro, la defensa rojiblanca no era tan sólida como en otras ocasiones y el ataque parecía menos peligroso. Durante la primera media hora las escasas ocasiones fueron blancas, igual que el dominio de la pelota. Por su parte el Atleti se defendía, pero corría más que otras veces. Hasta que llegó el gol de Godín. Un saque de esquina mal despejado fue rematado de cabeza por Godín que aprovechó la salida en falso de Casillas para anotar el tanto colchonero. El sueño de la Champions se acercaba.

Tras el tanto, los colchoneros se asentaron en el campo y maniataron al rival que fue incapaz de acercarse a la portería de Courtois. Así se consumió la primera mitad. El Atleti mandaba en el marcado y en el juego gracias al trabajo de Villa, muy bien toda la noche, Gabi, el pulmón de siempre, y Juanfran, una bala en ataque.

En la segunda mitad el guión fue el mismo hasta que al Atleti le duró la gasolina. Sin demasiados apuros en defensa, el ataque colchonero llegaba por la banda izquierda donde Adrián estaba haciendo daño a Carvajal, aunque sin acierto de cara a portería. Poco a poco el empuje del Madrid fue obligando al Atleti a recular que vio como sus piernas flaqueban por el esfuerzo. Sin la posibilidad de salir a la contra por el cansancio de Adrián y Villa, el Cholo decidió meter a Sosa para buscar alguna opción a balón parado de cerrar el partido, pero no dio resultado. La participación del argentino fue negativa, no aportó nada en ataque y en defensa su trabajo no mejoró al de Raúl García por quien entró. Con sólo un cambio más Simeone, que veía como los suyos pasaban apuros en defensa y problemas físicos, tuvo que sustituir a Filipe a diez minutos para el final y dar entrada a Alderweireld.

Encerrado en su área, el Atleti se defendía como gato panza arriba ante las ofensivas a la desesperada del Madrid, sin mucho peligro, pero continuas. Superado el minuto 90, el árbitro añadió cinco minutos. Quizá excesivos. Para el Atleti lo fueron. En un córner sacado en el 93 Sergio Ramos marcó de cabeza el gol que daba el empate al Madrid y derrotaba a los colchoneros. 

El tanto dio paso a la prórroga en la que el Atleti fue capaz de aguantar, acorralada, durante la primera mitad. En la segunda, mientras los colchoneros soñaban con llegar a la prórroga sabedores de que los suyos estaban fundidos físicamente y tocados moralmente, llegó el gol madridista. Bale remató un rechace de Courtois que evitó el gol de Di Maria, pero no pudo evitar el remate de Bale. Con el marcador en contra los jugadores de Atleti se lanzaron en una ofensiva a tumba abierta. Y claro, sin físico y sin ideas, los ataques rojiblancos eran tan escasos como débiles. Para colmo llegó el tercer gol madridista obra de Marcelo y al borde del final el cuarto, de penalti, obra de Cristiano que lo celebró como si hubiese sucedido dos goles antes. Hay cosas que el dinero no puede comprar y el saber estar es una de ellas. Así, el Atleti cierra una temporada gloriosa de la manera más cruel posible. A pesar del traspié solo se puede sentir orgullo por estos jugadores y por este equipo.

El Atleti gana la Liga

La magnifica temporada del Atleti había convertido el último partido liguero en una final: el que ganase se llevaba el título. El rival y el escenario hacían más difícil aún la hombrada, pero los del Cholo son auténticos héroes. Supieron sobreponerse a viento y marea para, finalmente lograr el empate que necesitaban para ser campeones de la Liga. La décima en su historia.

Comenzó el partido mal para los intereses del Atlético de Madrid.  Las lesiones de Diego Costa y Arda mellaban los recursos del equipo y suponían un auténtico palo anímico para sus compañeros. Ambos se retiraron entre lágrimas. Así el Barça se encontró con un escenario favorable que aprovechó casi por sorpresa. Un trallazo de Alexis desde dentro del área se colaba por un hueco que no había. Otro mazazo para los colchoneros, que durante unos minutos estuvieron tocados. Pero poco a poco a base de garra y sacrificio fueron repeliendo los ataques azulgranas y se fueron acercando a la portería de Pinto con centros laterales que evidenciaban la debilidad de la defensa local. Así el primer tiempo murió en las cercanías del área del Barça, cercado por los rojiblancos.

BARCELONA 13/14 - ATLETICO DE MADRID 13/14

La segunda parte comenzó igual que habia acabado la primera, con el Atleti siendo superior al Barça. Muy superior. Así tras varios saques de esquina seguidos y un disparo al palo de Villa, llegó el gol del empate. Un nuevo saque de esquina lanzado por Gabi fue rematado con el alma por Godín para colarse en ante la estirada de Pinto. Tras el empate el Atleti siguió dominando, pero ante la posibilidad de realizar sólo un cambio más y acusar el desgaste y el empuje local, los de Simoene fueron cerrándose atrás. Sin pasar demasiados apuros, eso sí. Tan sólo en el gol bien anulado a Messi los colchoneros sintieron miedo por el resultado. Así fueron pasando los minutos y el Cholo dio entrada a Sosa para imprimir más carácter a la defensa y tener más frescura en ataque. Y le salió bien. La entrada del argentino surtió efecto, difuminó el asedio azulgrana y llevó el balón a posiciones ofensivas con cierta facilidad.

Los minutos pasaban y el Atleti, poco a poco se iba viendo campeón. Tan sólo un disparo desde fuera del área de Alves hizo trabajar a Courtois, que prácticamente no tuvo que trabajar en la segunda mitad. Con el Barça arrodillado y el Atleti seguro de su éxito se llegó al pitido final. Lágrimas en los ojos, el corazón en la boca y el orgullo hinchado por culpa de unos jugadores que han ejemplificado a las mil maravillas uno de los emblemas del Club, Ad augusta per angusta, la gloria se consigue luchando.

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Otro sufrimiento menos, una alegría más

Era un día atípico para ir al fútbol, había riesgo de que el equipo se descentrase y de que el rival diese un disgusto a la hinchada rojiblanca que acudió en masa al Calderón. No fue así, pero se sufrió. Un sufrimiento que ya es inherente a este equipo que acostumbra a ganar a sus rivales con mucho esfuerzo.  Contra el Elche el Atlético de Madrid sufrió durante más de una hora, se llevó algún susto que no fue a más gracias a Courtois y finalmente terminó ganando el partido. Cada vez queda menos.

Introdujo Simeone alguna variante en el equipo, situando a Adrián a la derecha y a Mario Suárez en el doble pivote y no le salió mal, ambos jugadores cumplieron. Aunque lo cierto es que en la primera mitad el equipo estuvo plano en ataque y extrañamente vulnerable en defensa. Hasta tres ocasiones tuvo el Elche de adelantarse en el marcador en la primera mitad. Solo Courtois, un auténtico muro, logró taponar las ofensivas ilicitanas. El conjunto entrenado por Fran Escribá no concedía ocasiones de gol a los colchoneros, mientras que sus contras hacían correr demasiado a los defensores rojiblancos.

Tras el descanso el panorama era el mismo, por lo que el Cholo se vio obligado a hacer los tres cambios antes del minuto setenta, algo inusual en él. Los cambios dieron resultado. El primero en incorporarse fue Raúl García, al que un defensor rival le hizo penalti. La pena máxima, ofrece ciertas dudas, pero no dejará de ser una anécdota ya que Villa lo falló.  Ese error aumentó el ritmo cardíaco de la hinchada rojiblanca que empezaba a temer por el resultado. Aunque la entrada de Diego y Sosa dieron otra cara al equipo, el gol no terminaba de llegar.

Hasta que apareció la estrategia. Ese baluarte del Cholismo que tantos partidos ha desatascado. Sosa puso perfectamente un saque de esquina que Miranda remató con la misma fe que el diecisiete de mayo de 2013. El tanto tranquilizó a la grada y al equipo, pero espoleó al Elche que quería sacar algo de su visita al Calderón. Esa ambición le llevó a asumir más riesgos de los que podía y tras varias contras fallidas, Diego Costa pilló un balón y cuando se plantaba sólo ante el portero rival un defensor le hizo penalti. Como en Getafe, la sentencia podía llegar desde los once metros o podría condenar al equipo a seguir trabajando hasta el último minuto. Costa, que no entiende de fantasmas, gafes ni maleficios, cogió le balón desoyendo al Cholo que se lo había encargado a Raúl García. Esta vez, el hispanobrasileño no falló y sentenció el encuentro anotando su vigésimo séptimo gol liguero.

Con más sufrimiento del deseado, el Atlético de Madrid logra la primera de las cuatro victorias que necesita para ser campeón de Liga. Quedan tres, pero antes los de Simeone reciben al Chelsea en la ida de las semifinales de Champions. Casi nada.