La época dorada del Atleti, la década de los 70, dejó, entre otros, dos títulos de Copa en las vitrinas rojiblancas. La primera de ellas en 1972. La otra, la que nos atañe, en 1976. Un año que pasará a la historia por ser el año en el que Luis Aragonés debutó como entrenador rojiblanco. En pocos días pasó de ser jugador a ser un entrenador. De ser una leyenda como jugador a tratar de ganarse el mismo estatus como entrenador. Y lo lograría. ¡Vaya si lo lograría! Pero eso es otra historia.
El Atlético de Madrid comenzó su andadura en esta edición de la Copa frente al Sporting de Gijón. El conjunto colchonero se deshizo de los asturianos gracias a una victoria por 1-2 en Gijón y un empate a 1 en el Calderón. En la siguiente ronda esperaba el Barça.
El duelo frente al Barça se disputó una vez finalizada la Liga en la que el Atleti fue 3º, por detrás del Madrid, campeón, y del propio Barça. Esto da muestras de la dificultad del cruce. En la ida, disputada en el Camp Nou, el conjunto de Luis Aragonés ganó por 2-3 remontando un 1-0 inicial. Ese resultado daba cierta ventaja al conjunto rojiblanco que no la desaprovechó y empató a uno en la vuelta clasificándose así para la semifinal.
En las semifinales esperaba la Real Sociedad. A pesar de que el equipo colchonero ganó por 0-1 en Atocha en la ida, el equipo donostiarra puso las cosas muy complicadas al Atleti en la vuelta que se resolvió con un empate a un gol. El Atleti lograba así llegar a su décima final de Copa con un balance desfavorable al haber perdido cinco finales, la última de ellas la temporada anterior, y haber ganado cuatro.
Para equilibrar ese balance el Atleti debía vencer en la final al Zaragoza. Un viejo rival con el que el conjunto de la ribera del Manzanares ya se había medido en otras dos finales con una victoria para cada uno. Eso dotaba de una mayor rivalidad al duelo que se disputaría, al igual que en las anteriores ocasiones, en el Santiago Bernabeu. Ese campo fetiche para las finales rojiblancas. Los Reina, Capón, “Cacho” Heredia, “Panadero”Díaz, Marcelino, Eusebio, Leal, Salcedo, Gárate, Becerra, “Ratón” Ayala, además de Alberto y Aguilar, que sustituyeron a Salcedo y Becerra en la segunda parte del encuentro, fueron los artífices del triunfo rojiblanco en la final. Una victoria que tuvo lugar gracias al solitario gol de Gárate.
El título de Copa serviría para que el Atleti lograse su primera y única Copa en propiedad debido a que en esa edición se otorgó el título en propiedad al ser la última de la Copa del Generalísimo que pasó a llamarse Copa del Rey.